J.R.R. Tolkien, reconocido mundialmente por su saga El Señor de los Anillos —con más de 250 millones de ejemplares vendidos en más de treinta idiomas, y considerado uno de los libros más leídos del siglo XX—, así como por El Hobbit, no solo fue un maestro en la creación de mundos literarios, sino también un profundo apasionado del lenguaje.
De hecho, su fascinación por las palabras iba más allá del significado. Según Tolkien, la palabra más hermosa del inglés no era "hobbit", como podría pensarse, sino una expresión sorprendentemente simple y cotidiana: cellar door (puerta del sótano). Para él, la belleza de esta frase residía no en lo que significaba, sino en su musicalidad y en la armonía de sus sonidos.
Tolkien y la lengua oculta de la fantasía
De adolescente, Tolkien aprendió latín y griego, y también empezó a inventar sus propias lenguas. Se licenció en inglés antiguo por la Universidad de Oxford en 1911 y, tras años de trabajo académico, obtuvo la prestigiosa cátedra de Oxford, donde enseñaría durante los siguientes 34 años.
Su carrera académica fue una parte importante de su vida, pero fue la creación de mundos fantásticos lo que realmente definió su legado.
Su habilidad para inventar nuevas palabras y conceptos, como 'hobbit', 'warg', 'eucatástrofe y 'mathom', enriqueció el género de la fantasía y también el vocabulario cotidiano.
Tolkien sentía un profundo respeto por la belleza inherente del lenguaje. No solo por el significado de las palabras, sino también por los sonidos que producen.
Uno de los aspectos más intrigantes de su obra fue su exploración de la estética del lenguaje, así como la forma en que ciertos sonidos pueden resonar emocionalmente en las personas, independientemente de su significado.
Un ejemplo claro de cómo los sonidos pueden generar una respuesta emocional, sin importar el significado, es la frase "cellar door" (puerta del sótano), que, a pesar de que su significado no sea nada excepcional, para Tolkien es la palabra más bonita en inglés.
En Estados Unidos una cellar door es básicamente una puerta que conecta el exterior con el sótano de una casa. En el Reino Unido, Irlanda y Canadá, normalmente se encuentra dentro de la casa, dando acceso a una escalera que baja al sótano.
"Cellar door" ya había aparecido anteriormente en una canción popular inglesa de 1894:
"Shout down my rain barrel,
Slide down my cellar door,
And we’ll be jolly friends forevermore."
Y fue precisamente Tolkien quien se detuvo a analizar la belleza fonética de estas dos palabras, apreciando su musicalidad y cómo su sonido evocaba una sensación emocional, mucho más allá de su significado literal.
En su conferencia "English and Welsh", Tolkien explica cómo ciertas palabras y frases, como "cellar door", pueden ser estéticamente atractivas debido a su sonoridad, incluso cuando se disocian de su significado literal. La belleza de las palabras no siempre reside en su significado, sino en su forma o sonido. En este caso, "cellar door" es una frase que, para muchos angloparlantes, suena especialmente hermosa, aunque no tenga un sentido particular.
- "Most English-speaking people, for instance, will admit that cellar door is 'beautiful', especially if dissociated from its sense (and from its spelling). More beautiful than, say, sky, and far more beautiful than beautiful. Well then, in Welsh for me cellar doors are extraordinarily frequent, and moving to the higher dimension, the words in which there is pleasure in the contemplation of the association of form and sense are abundant.” JRRT in a lecture on English and Welsh published in 'Monsters and Critics'
"La mayoría de las personas que hablan inglés, por ejemplo, admitirán que 'cellar door' es 'hermosa', sobre todo si se disocia de su sentido (y de su ortografía). Más hermosa que, digamos, 'sky' (cielo) y mucho más hermosa que 'beautiful' (hermosa)."
Geoff Nunberg ha sugerido que el atractivo de "cellar door" se debe a sus características fonéticas: consonantes suaves y vocales abiertas crean una sonoridad que podría recordar a lenguas musicales, como el francés o el italiano. Es una combinación de sonidos fluidos, casi una melodía, que resuena emocionalmente, sin que el significado semántico desempeñe un papel importante.
"Cellar door" en la cultura pop
Al final, quizás "cellar door" no sea solo un ejemplo de eufonía sin sentido. Como señala Nunberg, y como sugiere el cine y la literatura, hay algo en esa imagen de una puerta al sótano —oscura, escondida, silenciosa— que nos atrae. No solo suena bien; también evoca la posibilidad de lo desconocido, de lo oculto, de lo que está por descubrirse
En "Donnie Darko", esa frase no solo se menciona: se vuelve una especie de clave, una pista hacia lo que no entendemos del todo pero percibimos. Como en "Narnia" o en el "País de las Maravillas", tal vez lo que nos fascina no es la puerta en sí, sino la promesa de que algo nos espera del otro lado.